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El vértice psicoanalítico del grupo. Sobre la Obediencia y la Imitación



La Obediencia es un problema que halló el psicoanálisis desde su comienzo con la utilización de la hipnosis. También se recorrió la imitación en un sentido que derivó en la teoría de la identificación (esp).



Marcelo Redonda, 02/03/2019, Buenos aires, Argentina
APdeBA / marceloredonda@yahoo.com.

 



Comentario inicial

Presento algunas reflexiones sobre el vértice psicoanalítico sobre el grupo; los fenómenos de la Obediencia y la Imitación intercalando experiencias clínicas en grupo con estudios sociales y experimentos que se unen al tema. La intención es aumentar y reconfigurar reflexiones que se han realizado desde diferentes  posiciones de la prácticas, y guiarlas a una lectura psicoanalítica. La Obediencia es un problema que halló el psicoanálisis desde su comienzo con la utilización de la hipnosis. Luego encontró la transferencia como un sustituto que siguió a esas elaboraciones. También recorrió la imitación en un sentido que derivó en la teoría de la identificación. Sin embargo, la experiencia en grupos aporta una nueva dirección a este concepto. Experimentar la imitación tiene menos evidencia clínicas en psicoanálisis que la obediencia.

Propongo dos problemas.

          a) Me pregunto porqué el sujeto obedece;
          b) porqué imita.

Sobre el primer punto, a pesar de ser un tema presente desde la experiencia de los orígenes, poco se ha indagado. Del segundo las experiencias sociales y grupales tienen bastante que aportar.

 

El grupo como regresión y  como símbolo

El trabajo del comportamiento en grupo que mantienen las personas tiene una lectura psicoanalítica. Es conocida la tesis que sostiene que el grupo provoca una regresión y que el mismo sujeto no es igual a solas con alguien que en un grupo  (8). Esta idea ha resultado fructífera pero ha dejado de lado, por el punto de vista teórico en el que fue desarrollada, otro aspecto que despierta la situación grupal en el sujeto. Para comenzar de lleno diremos que el grupo podría representar el tercer elemento edípico y soporte del símbolo que está determinando en realidad la dificultad de un sujeto en particular de salir de la díada narcisista, o dicho de otra manera, de tolerar el grupo. En tal caso el grupo sería un detector de psicopatología mas que la patología regresiva propuesta en la tesis clásica. Soportar el grupo lleva a disloques desorganizativos por su presión simbólica sobre el sujeto y no a la inversa. La práctica analítica con grupos y con pacientes inestables es una prueba de este hecho. El grupo opera como una manifestación directa de la terceridad y este factor pone a prueba la estabilidad de los miembros que pueden o no soportar la situación presentada.

Junto a este problema se plantean dos más que se encuentran dentro de las hipótesis centrales planteadas por Freud. Una es la del líder como organizador del grupo y otra es la función paterna que tantos frutos ha dado y se transforma en un tema ineludible, junto con el de la regresión, que considero revisar brevemente.

El vértice psicoanalítico del grupo es el que surge del ¨hecho¨ denominado grupo, es decir, de la experiencia con un grupo particular realizada por un analista. Esto distancia la posición analítica de una lectura externa conceptual, como la que hizo el mismo Freud en Psicología de las masas. La atención grupal de manera psicoanalítica tiene como invariante la experiencia. De ella pueden surgir ideas como las relatadas en el primer párrafo sobre el grupo como símbolo que pone en jaque la estabilidad del sujeto.

El trabajo de otras áreas del conocimiento sirve como acopio teórico o estadístico, como una teoría general. El punto de vista del  psicoanálisis está en condiciones de aportar elementos a la teoría general de sus hechos singulares, sus experiencias pueden brindar fondo al marco. Sin embargo, intervenir desde un vértice psicoanalítico, se sustrae del postulado idealista de la generalidad,  para lograr su cometido de observar el hecho del que el analista es una parte. Un fenómeno, como por ejemplo, la imitación, puede devenir un hecho psicoanalítico que reformule las teorías existentes sobre la ëxperimentación¨ del hecho denominado imitación. El vértice psicoanalítico se centra en la presencia del hecho en la acción, y la acción es el espacio donde toma forma la experiencia. Se observan habitualmente discusiones de las discusiones sin fundamento empírico, y el psicoanáiisis es esencialmente una práctica que puede aportar sus conclusiones generales, pero deviene constantemente una puesta a prueba de las mismas. El psicoanálisis clínico opera sus concepciones en lo que está sucediendo y no en los conceptos. Como dije, es esencialmente como yo lo concibo, una práctica.

   

Sin lider ni destino

Regularmente el hecho es el material que trae el paciente. Pero, por ejemplo, puede resultar que el hecho denominado paciente, presente un material de tal exterioridad que no sea concebible que pensemos que estamos trabajando con un espacio interno, inclusive, que estamos trabajando con un grupo en donde fantasía, realidad, sujeto y grupo están presentes, y confundidos. No son objetos derivados de la realidad psíquica tal como la entendemos. Puede pasar también que este material se traslade luego a ¨acciones en grupo¨ y dentro de los grupos , en donde ¨fantasías y acciones se repiten de modos similares¨, como una especie de contagio. Posteriormente, se observa una comunidad en donde ese pattern se transmite a las nuevas generaciones.

La resultante psicoanalítica es que la personalidad del paciente no se diferencia del funcionamiento exterior, y ese grupo exterior, deviene algo que se incorpora al y los sujetos. Ese funcionamiento exterior no tiene a su vez ningún fundamento social, ningún liderazgo, es una mera expresión de un grupo que organiza sus días en una actividad determinada, ajena al consenso social (sin visos de rebelión), que genera una unidad y continuidad que pareciera bastar para su continuidad. Allí encontramos otro elemento para poner en cuestión la tesis del líder como organizador. En la observación de estos hechos, la idea de que el grupo se reúne por una imitación sin el líder que las relacione parecería ser un factor. La ilusión grupal, el líder filogenético, el contagio social, quedan todos como interrogantes a ser despejados nuevamente en la experiencia grupal. He observado grupos que surgen espontáneamente sin líder ni tarea precisa, por ejemplo alrededor de tatuajes que llaman su atención, o también grupos que a través de los juegos virtuales culminan en una conmoción escolar de todo el barrio privado en relación a la puesta en acto de ese juego, es decir,  el temor grupal de que los jóvenes jugadores salgan a matar a todos. Tengo evidencias de ello. Detecté esto como observador protagonista del juego grupal. Realmente, y no es la primera ocasión en que me sucede, la única manera de hallar el material psicoanalítico, fue colocarme lo auriculares y escuchar una interacción grupal internacional en las que se desplegaban fantasías de grupo que me permitieron trabajar con el paciente la indistinción entre objetos vivos y muertos (b.15), inclusive, una confusión entre ¨la acción en el juego¨ y el traslado de esa acción ¨al no juego¨ , es decir, al mundo externo. Encontrar el hecho de que el paciente no distinguía el juego del no juego fue un eje del tratamiento. Analizar esa indistinción era parte del trabajo que sin dudas cumplía una función grupal y social.

Observé también que los participantes virtuales  aparecían y desaparecían como las escenas de los monstruos del propio juego. Había una continuidad entre las imágenes, los sucesos y los participantes. Lo que no desaparecía era el repertorio limitado del programa ( !porque era un programa!) que era el organizador momentáneo del grupo momentáneo. Otra invariante era que los juegos incluían la muerte repetitiva.

Estas situaciones y otras me hicieron pensar en la ajenidad de cualquier representación en las acciones grupales de estos adolescentes. Solo estaban reunidos momentáneamente. Parte del juego era la variación de los participantes. No se reunían  en equipos que enfrentaban a otros equipos. Se reunían sin saber quienes eran, quien ganaba y quien perdía. No observé ni alegrías ni tristezas al cumplir la  meta del juego. Solo se colgaban los auriculares, salían del juego, y ya no se verían. Yo mismo era un personaje mas para mi joven paciente. Yendo mas lejos, aún los grupos de suposición básica de Bion(3) , tendrían un fondo preconcebido de la especie. Finalmente el grupo estaba unido por un fondo común de reacción en el trabajo del autor. Aquí me estoy refiriendo a que un grupo puede formarse sin mas motivación que una copia de otro no significativo, es decir, que el grupo puede darse sin significado externo ni reactivo. Luego, esa provisoria unidad toma la forma de una apariencia relacionada con el mundo, o como veremos en uno de los apartados clínicos(16), una región del país que toma la forma de ¨zona con mas homicidios del país ¨como único eje de su supuesta unidad. Lo único que los une es que son ¨la zona con mas homicidios de país¨. Quiero señalar con esto que la unidad aparente invita al significado, pero este tal vez sea consecuencia de acciones que no tienen ninguno. Durkheim pensaba que la lectura de los hechos sociales nada tienen que ver con el sentido común(b6). Sostiene que estamos habituados  a representarnos la vida social como el desarrollo lógico de conceptos ideales. Pensar que los hechos sociales tienen una existencia propia y ¨coersionan¨y crean subjetividad es una evidencia que comenzamos a incluir en el trabajo con grupos. ¨La zona con mas homicidios del país¨ como construcción imitativa podría desde esta lógica determinar ¨que sea la zona con mas homicidios del país¨.

 

La imitación y el contagio

 Durkheim sostiene en el capítulo cinco de su estudio sociológico sobre el suicidio (a6)¨un hombre puede imitar a otro , sin que sean, respectivamente solidarios o miembros de un grupo social del que ambos dependen igualmente, y la propagación no tiene, por sí sola, el poder de solidarizarlos. Un estornudo, una impulsión homicida, pueden transferirse de un sujeto a otro sin que se de entre ellos otro vínculo que una aproximación fortuita y pasajera.¨(a6). En resumen, el autor sostiene que no hay nada social en la imitación La conciencia homicida pasa de una conciencia a otra sin mediar representación alguna. Realmente se trata de un nuevo punto de vista, desde mi experiencia, testeable. Ya han visto hacia donde se dirigen mis ideas.  Esto no significa que otras ideas como la del contagio no tengan validez. El autor ubica en el concepto de imitación esta acción sin mas significado que el inmediato. Sigue ¨hay imitación cuando un acto tiene como antecedente la representación de otro acto semejante, anteriormente realizado por otro sin que entre esta representación y la ejecución se intercale ninguna operación intelectual, explícita o implícita, que se relacione con los caracteres intrínsecos de los actos reproducidos¨.(a6) La actividad imitativa entonces, carecería de significación interna. Sé que muchos publicistas y asesores políticos  están pensando en estas ideas al llevar adelante sus proyectos.

 

Contagio

Freud atribuye al contagio una vertiente hipnótica y ubica en el líder el comando de la sugestión. Aquí sí Freud tenía experiencias que lo proveyeron de intuiciones trascendentes para el inicio del psicoanálisis. Y aún es mas significativo que retome la experiencia de los orígenes al referirse al comportamiento en grupo.

Dentro de los rasgos que enumera de ese comportamiento del individuo en una masa sostiene ¨que transforma inmediatamente en acto las ideas sugeridas¨  A diferencia de Durkheim en Freud hay alguien que ¨sugiere¨, el hipnotizador, el líder, el objeto de la transferencia. Freud además homologa imitación y sugestión volviendo a hacer recaer sobre el líder el peso de la organización grupal y el contagio ( 8, pag 84). El reflejo sugestivo de la masa es el que nos fuerza a obedecer la tendencia imitativa.  Hablando del amor al líder y su efecto agrega ¨uno se convierte en criminal sin remordimientos¨( pag 107). El hipnotizador y  el objeto amado van ocupando el lugar del yo. Freud se reprocha luego haber destacado de manera unilateral el vínculo con el líder ,y reconoce la idea de ¨sugestión recíproca¨ entre los miembros del grupo. Pero no se separa de su idea principal.

Freud halló argumentos suficientes para observar el fenómeno de la obediencia en el sujeto, pero no ahondó en ello. Sí observó la obediencia al Superyó del obsesivo, la sexualidad sadomasoquista, la depresión y el terror a la voces de los psicóticos, además de la obediencia social suicida a líderes paranoicos.

Una pena Durkheim y Freud no se hayan escuchado siendo contemporáneos . La imitación para ambos remite a cosas diferentes. Para Freud, al fondo Darwiniano de la regresión. Para Durkheim a actos sin fondo y de superficie, a la idea inquietante de que cualquier cosa es posible imitativamente, a la idea de que no hay  yo ni sujeto que comande el comportamiento. Tampoco líder.

 

El vértice psicoanalítico sobre el grupo

La experiencia con grupos me dirigió al tema de la imitación. También al problema del vértice psicoanalítico en la situación grupal.

Experimentar un grupo significa aceptarlo como paciente. Un grupo deviene paciente, otros grupos no. No es una entidad externa que se estudia estadísticamente como realizaba Durkheim, respetando el método que estaba construyendo. En su trabajo de campo recorría ministerios recabando datos estadísticos en registros civiles para realizar sus magníficas hipótesis. El grupo abstracto al que estudiaba  era ¨El estado¨, ¨las leyes laborales¨ ¨los suicidas¨. Utilizaba el vértice que había intuido, el sociológico que autorizo como discurso. Nuestro grupo es una experiencia directa, una demanda directa en la  que estamos involucrados en una experiencia compartida. Lo social se presenta al análisis como un hecho a experimentar psicoanalíticamente, es decir, como una singularidad. Freud no trabajo psicoanalíticamente con grupos. Bion hizo una experiencia que le dió notoriedad. Otros autores como Anzieu nos han transmitido experiencias variadas pero sus teorizaciones han quedado un poco atascadas en concepciones repetidas. Otros autores han ido hacia lo social, lo cultural, familiar, pero a mi entender se ha desdibujado la experiencia psicoanalítica con el grupo, a tal punto que la cultura ha logrado oscurecer el punto de vista que brinda el psicoanálisis. 

Intentaré transmitirles algunas experiencias para seguir hablando, pero antes revisaremos algunas ideas valiosas desde el punto de vista filosófico de estos días sobre el tema que estamos tratando.

 

Lacoe- Labarthe y Nancy revisan Psicología de las masas

La pregunta por el Socius desborda el psicoanálisis¨(12), lanzan los autores. Es inherente al yo pero imposible para narciso. En ese sentido el pánico es la esencia de la masa en tantos narcisos extraños que se relacionan sobre un fondo de la no relación cuya  alteridad se inscribe a partir de la muerte del Otro.¨La noción freudiana de identificación aparece entonces como la limitación de la no relación y como el caso político fundamental¨. A través del poder del padre Freud presupone   ¨tanto a la masa como a la persona¨. La muerte a través del asesinato es el caso disociador que asocia a los hermanos, garante de una socialidad pre-existente que implica la ambivalencia de la disociación y a la vez que el padre, la figura, solo pueda suceder.

En esta síntesis de la posición de los autores se observa el problema que venimos planteando sobre el mito Freudiano centrado en el líder. El hecho social se inscribe para el psicoanálisis en el crimen y la inscripción de la Ley. El grupo está unido por el crimen y la instalación de ¨la figura¨ que teje los lazos sociales a partir de la culpa fundamental. Por lo tanto el tres no es posible para el dos de narciso, el grupo queda capturado en una especularidad sostenida en el líder y Padre. La fijeza del concepto social ubica lo grupal por fuera del campo de la terceridad. Como ya venimos sosteniendo e invirtiendo la propuesta, propongo que el grupo en realidad es lo que cuestiona la unidad narcisista por representar el símbolo y la terceridad, que lo que deja en claro el grupo es que la unidad aparente del yo queda en cuestión. Soportar eso es el símbolo. Anzieu(2), en su meritorio trabajo se explaya en alguna dirección similar. Propongo que la experiencia grupal genera su propio mito, que no es uniforme, que toma la forma momentánea que brindan los hechos. Que la no unidad no es un generador de pánico sino simplemente un generador de búsqueda de sentido que puede producir diversos destinos. Que el grupo forma su propia organización que puede tomar cualquier dirección y los lazos mantenerse sin líder o desaparecer sin líder. A veces con líder.

 

Obediencia debida

La obediencia aparece como un factor que opera como una invariante en los ejemplos que fuimos dando. También el fenómeno imitativo lo es, y la desligamos tanto del contagio como de la identificación como mecanismo y de seguimiento al líder.  La obediencia y la imitación son dos factores del comportamiento a seguir indagando en los sentidos propuestos.

Veamos algunos ejemplos .La técnica de la hipnosis devela que el rol del mèdico pone a la vista una disposiciòn del hipnotizado a la obediencia. Desde otros estudio Pierre Bordieu ha revelado en sus clases agrupadas en el libro “Sobre el estado” (4) que la función del estado demuestra operar como una ilusión de obediencia a unas reglas de un alto nivel de irracionalidad, detectando la necesidad ,sociológicamente demostrada por el discípulo objetivista de Durkheim,  del Otro regulador de esa necesidad. A través de un estudio del funcionamiento real del estado y sus instituciones va mostrando que Kafka se quedó corto con la irracionalidad de sus disposiciones y funcionamiento general. Sin embargo, la comunidad responde a esa ¨ficción real no ficticia¨. Opera ejerciendo un efecto de divinización, y para ello debe convencer de que el mismo no es un punto de vista. Por lo tanto dispone una escenografía de expertos, es decir, por encima de las contingencias, intereses y conflictos. El estado opera sobre el fondo de obediencia mencionado. Es mas, crea esa escenografía con actores ávidos de representar el papel de ser obedecidos: ministros, asesores, con mas o menos mérito. Lo central, demuestra Bordieu, es la puesta en escena del bien común. Una Ley irracional que tapona el vacío de la Ley.

Zizek(20), siguiendo la línea desde un punto de vista cercano a Lacan, señala “la opción obligada de la libertad”, y a través de un simpático episodio cuenta que un soldado yugoslavo se niega a firmar un compromiso obligatorio de dar la vida por el país, etc. Lo hizo diciendo que el juramento es un acto de libre elección. Solo aceptaría  hacerlo si los soldados que le exigían la firma, firmaran que le estaban haciendo tal exigencia. Los oficiales a cargo se negaron, argumentando que la firma dependía de la libre decisión, que un juramento conseguido a la fuerza es inválido, por lo tanto ellos no podrían ordenárselo. Pero, si él se negaba a dar su firma, sería acusado de negarse a cumplir su deber e ir a prisión. Eso fue lo que sucedió. Pero antes de ser llevado, el estudiante consiguió un documento que mostraba la paradójica decisión : un documento formal en el que se le ordenaba firmar un juramento libre. Es como si la sociedad le dijese-señala Zizek- “tú tienes la libertad de elegir, pero a condición de que elijas lo correcto”. El sujeto actúa como si ya hubiese elegido para el Otro que ordena. Es el ejemplo también del enamorado que ubica en la persona amada al agente  que logra hacer lo que quiera con ella. De manera extrema, los ejemplos de sadomasoquismo revelan la misma configuración , incluyendo la muerte frente a un superyó que logra someterlo. Similar es lo que ocurre en las depresiones y las psicosis.En el psicótico un grupo de perseguidores o una alucinación no dejan vivir al sujeto. El film “ El cisne negro” de Darren Aronofky,  es una intensa lucha contra un superyó que ordena que se cumpla un ideal de perfección que culmina con la protagonista.

Para hacer justicia a la historia de las ideas debemos decir que Louis Althusser (1)conceptualizó la idea de “ Interpelación” , en donde muestra como todos somos interpelados por una autoridad social. ¡Eh, ud!. Marx estudió en el ¨ Fetichismo de la mercancía¨(12) como la mercancía adquiere poderes religiosos que las personas siguen y obedecen , además de las relaciones de poder que se ocultan tras ese fetiche. También, las célebres filmaciones de  Watson(19) sobre el pequeño Albert ,que fueron propaganda del conductismo, operaban sobre una idea similar: una Ley irracional que parte de una obediencia debida que se confirma en la experiencia social e individual de una manera inquietante.

A nivel del sistema nervioso la burudanga (5) , la droga de obediencia, va en una línea similar. También los estudios de propaganda política y análisis del discurso sacan provecho de esta característica. No hace falta nombrar a los publicistas y los psicópatas que la utilizan para sus fines.

 

Antìgona y la Ley de los Dioses. El experimento Milgram

La tragedia de Antìgona (18) representa una rebelión contra ese fondo de obediencia. Recordemos que Creonte , nuevo rey vengativo de Tebas, decide no sepultar al hermano de la heroína y lo deja tirado en la calle. Antígona desobedece esa orden y Creonte decide matarla.

En el discurso de Antígona se observa el problema de seguir la ley de Creonte, la ley social irracional, de dejar a su hermano sin sepultura, o por el contrario, seguir la ley de los dioses. Los dioses estarán conformes con Antígona pero no la ley de Creonte. Para que la ley social se cumplimente, una ley irracional, es necesario que Antígona obedezca. La tensión de los personajes se expresa en esa encrucijada. La obediencia se encuentra en la base de la ley de Creonte, que tiene el poder de ¨denominar¨. El poder es el poder de denominar la ley. Ley y verdad no coincidirían. Quien está en poder de denominar posee atributos que despliegan el fetichismo de una obediencia. La tensión en la tragedia se da frente a esa estructura del poder, no sobre Creonte. Creonte , como el hipnotizador, delata la estructura de la obediencia. Eh, ud!, senala Althusser. Todos somos culpables de algo. Tal vez Freud intuyó esa estructura en la idea de la primera identificación con el padre.

En the Milgram experience (13), un experimento de los setenta repetido en el nuevo siglo, se selecciona al azar a un grupo de personas de diferente estrato social, privilegiando, gente con estudios. Por unos dólares se les indica que deben realizar un cuestionario a alguien que se encuentra del otro lado de una pared. Cada respuesta negativa al cuestionario es castigada con una descarga eléctrica que va desde un mínimo a la descarga letal. Un hombre que es el instructor de la prueba se encuentra vestido de guardapolvo blanco y le indica a quien realizará el cuestionario, que debe llegar a final de esta pase lo que pase.  El resultado fue que el 65 porciento ejecutaron la descarga letal frente a las respuestas incorrectas pactadas con el actor que se hallaba del otro lado gritando ante cada una de ellas. El experimento fue filmado, y los originales de las pruebas originales no son fáciles de hallar. Puede encontrarse el artículo publicado en la Universidad de  Yale y algunas imágenes del experimento. Con un sencillo experimento Milgram puso al descubierto la estructura de obediencia subyacente en el comportamiento.

 

 Jones Town y Jim Jones

 Podríamos poner muchos ejemplos sociales para seguir probando las ideas expresadas. Ya me he ocupado previamente del tema en relación a la masacre  en el estreno de el film ¨Batman, el caballero de la noche asciende¨, perpetrado en Colorado en medio de la proyección de la película.(a17)

Lo que va configurándose como una evidencia  es que tanto la obediencia como la imitación juegan un rol en el funcionamiento humano no del todo separable. La obediencia mas allá del obedecido parecería ser un factor central al pensar la irracionalidad de algunos de los hechos sociales que presentamos en forma de investigaciones, mitos, experimentos. La imitación sin líder ni argumento más que provisorio, pareciera ser otro factor. Imitación y Obediencia llevarían desde esta hipótesis el comando de una irracionalidad que no responde ni a factores inconscientes ni la dirección de un líder, aunque lo hubiese. Obedecer e imitar guían nuestra búsqueda un poco más en este trabajo.

Desde el comienzo de este siglo los asesinatos masivos en Estados Unidos pasaron de 40 a 120 por año y los heridos en ellos de 200 a 600. (9) . Los asesinatos masivos se excluyen de la violencia criminal convencional. El año mas mortífero fue 2017, que terminó con 117 víctimas fatales y 587 heridos. ¨Parece probable que el número de tiroteos masivos y de muertes se haya incrementado por un efecto de imitación, por una mayor exposición a ejemplos de violencia en masa en las noticias y en las redes sociales, por un aumento de la disponibilidad de armas en Estados Unidos, y por la creciente convicción de que usar la violencia para resolver problemas es aceptable¨(9) ¨la sucesión de ataques opera como fuente de inspiración para personas que , por distintos motivos, pueden estar predispuestas a cometer estas atrocidades. La facilidad para conocer cada detalle, y la multiplicación de imágenes y videos de cada suceso, estimulan el morbo de esos individuos y los impulsan a atuar ¨ver la atención que reciben estos eventos y desean ese protagonismo esperando agregar algún elemento nuevo o un mayor nivel de destrucción¨. Esta última frase no se diferencia de las que oímos recitar a los jóvenes refiriéndose a algún juego de su de su computadora. Por razones de contexto no puedo traer aquí experiencias psicoanalíticas sobre este hecho. Pero puedo señalar que la indistinción del pasaje de un nivel de dificultad, del conocido por padres y adolescentes juego Fortnite supongamos, a otro, no está lejos de ser entendido por los púberes o adolescentes con cierto nivel de inestabilidad, como algo que se homologa con hechos que se observan en la realidad y podrían llevarse a cabo en ella. Entre el juego, las masacres y las ideas de masacre hay una continuidad posible, algo parecido a lo que H. Segal conceptualizó como ecuación simbólica(17), una suerte de yuxtaposiición entre la realidad y la fantasía. De hecho en las conversaciones on line que mantienen algunos de ellos en la sesión, están incluidas este tipo de noticias, sobre los asesinatos masivos,  que son seguidas con entusiasmo activo. El trabajo de significación  sobre estos hechos-juegos- me han llevado a detectar planes cargados de ideas homicidas no solo a miembros de países extranjeros, sino hacia miembros del propio club o barrio privado con colegio. La adolescencia en una zona del desarrollo en donde la indistinción fantasía y realidad, como ya señale al comienzo, está muy activa tanto por la reactivación de la omnipotencia infantil como por la necesidad identitaria que acompaña este período. Esto lleva a que, aún en jóvenes que uno no ubicaría en el campo de la inestabilidad mental, se hallen envueltos en procesos de imitación y obediencia al grupo y sus creencias, que rozan la criminalidad.

Ya señalé en el trabajo citado(a17) la importancia del ¨habitus¨ en el modo en que se presentan los crímenes o acciones grupales. No hay un mundo, existen ¨mundos¨ organizados en acciones grupales que crean hábitos y sistemas de creencias que se imponen desde el exterior y el individuo internaliza, formando una continuidad. Subrayo la idea de unidad. Como señaló Obama(14) en unos de los ataques masivos a un colegio ¨no conozco ningún lugar del mundo en donde sucedan estas cosas¨. Y tenía mucha razón. Los grupos se organizan en habitus y los lugares en donde se despliegan la imitación y la obediencia toman formas de el escenario en donde se despliegan. Estos jóvenes, porque la mayoría son jóvenes universitarios, y a veces del High School, no estaban asociados en ninguna secta o grupo, son jóvenes aislados, unidos por las noticias y, como señala el colega de Yale(9), actúan sin organización externa, nadie los lleva hacia nada, hacen lo que hacen porque imitan. Esta prueba se me fue haciendo cada vez más evidente a medida que he trabajado con diferentes grupos. No es necesario un líder para que se despliegue la imitación. O, como tanto insistió Bordieu, lo social es una práctica , es decir las prácticas sociales van generando una subjetividad social no uniforme. Claro está que esto puede culminar en los asesinatos masivos o en hechos creativos como las potentes novelas de Sthefen King.

El suicidio masivo de 918 personas, el mas grande de la historia, es otra muestra (10). Fue en 1978, el pastor evangélico Jim Jones logró llevar por su propia voluntad a 900 personas de San Francisco a Guyana, cerca de Venezuela. Cuando vemos las fotos joviales de la gente que era parte del templo Hippie-Socialista del Templo de Díos, realmente no damos cuenta de los hechos. Mas allá del discurso de la época y las ilusiones de los setenta y el habitus en que se enmarca la tragedia, Jim Jones no se diferencia de cualquier líder paranoico habitual , con su capacidad de sugestión, que en el derrumbe de su delirio, dice las mismas cosas que Jones decía. Lo vemos en nuestro consultorio con cada delirio psicótico. Pero Jones logró que sus seguidores emigrasen de su país, que tomaran el cianuro y que les den cianuro a sus hijos con un argumento pueril, y por supuesto logró que todos mueran. Como los zombis obedecían a una dirección incierta, actuaban sin cometido, en este caso con un líder y una ideología aparente. Queda en primer plano la imitación y la obediencia nuevamente.

 

La ballena azul

Una reportera de cosmopolitan (11) se infiltró en el juego la ballena azul. El juego consiste en ayudar a una persona, púberes , niños y adolescentes básicamente, a superar un desafío que culminará con el suicidio del participante a los cincuenta días. Su creador, un ruso llamado Philipp Budeikin se infiltró en la vida de un grupo de jóvenes a través de las redes sociales. Los seguía donde estuvieran. Logró volverse un factor omnipresente en sus vidas. Los llevó de la autohumillación a lesiones. Finalmente, para ganar el juego, debían suicidarse. Logró realizarlo con 17 personas. El juego a nivel mundial ya lleva 130. Estas personas fueron manipuladas de manera virtual por alguien sin rostro. Obedecían a alguien que les enviaba links para comprar herramientas para lastimarse. La reportera se mostró preocupada porque a medida que pasaba el juego se iba convirtiendo en una de esas personas sobre las que había leído. Se iba encontrando con algo de ella misma que desconocía y que podía identificar en los comentarios de los participantes que ella había estado estudiando para su nota.

    

Estudio criminológico de la ciudad de Santa Fe (Argentina)

A pedido del ministerio de seguridad de la ciudad de Santa Fe, Matías Quintana y su equipo de colaboradores realizó un estudio sobre la tasa más alta de homicidios que se registra en la Argentina. Es en la ciudad de Santa Fe, y los estudios estadísticos mostraron que esa tasa halla su punto más alto en un sector específico de la ciudad. Argentina tiene un índice de homicidios de 5 cada 100.000 habitantes. En Santa Fe la tasa asciende a 16 de cada 100.000. Se concentran en una franja de la ciudad. 30 cada 100.000 en la franja específica que comentamos (16).

La hipótesis que sostienen es que la triplicación del índice indica la vuelta del break down de los cimientos sociales que sostienen la función paterna y el impacto de la catástrofe de la inundación del 2003. Atribuyen como centro del punto repetitivo al trauma y la caída de la función paterna nombrada. La casuística que manejan es de 230 casos a quienes no solo entrevistan sino que establecen con ellos un tratamiento psicoterapéutico. Un fuerte concepto que adquieren de esa experiencia es la idea de que ¨en estos traumatismos observamos recurrentemente la inscripción de una huella psíquica de características disruptivas que se inserta formando un espacio de exterioridad en el interior del aparato¨. En comunicaciones personales y trabajos compartidos en talleres durante la investigación social y psicológica, Quintana relataba que ese lugar de la ciudad que se encuentra en los alrededores del estadio de Colón de Santa Fe, fue hasta la llegada de Menemismo un centro industrial alrededor del cual se concentraban grupos familiares, y que al cerrar las fábricas,  la zona comenzó a transformase en una zona fantasma, plagada de pérdidas grupales y creando así, como en tantos lugares de la argentina, un desmantelamiento social con paisajes previsibles de desorganización y marginación.

En la casuística presentada los homicidios no siguen un orden. Lo único que ordena es que hay¨ un grupo social homicida¨. La comunidad cercana escucha en sus radios sobre los homicidios y, como un viento del litoral que se expande, el acto se reproduce en  una zona de imitación imparable  y sin lógica. Toda la observación dice Quintana, se realiza en los primeros momentos del hecho.

Algunos episodios, ¨muerte del marido por infarto y a los pocos días asesinato de un hijo de 19 años cuyo victimario es un vecino¨ ¨dos hermanitos estaban prendiendo el fuego para asar un pollo a la vera del río, como lo hacían siempre. De repente pasan dos desconocidos corriendo, uno se detiene literalmente ejecuta de un tiro en la cabeza aun niño de ocho años.¨

Quintana establece una lógica en estos hechos especialmente centrada en la teoría del trauma y el fallo de la Ley paterna. Lean el informe.  Otro caso para finalizar: Niño de 9 años mata al padre de tres balazos en el pecho. La madre explica que en varias ocasiones fue ella quién apuntó con un revólver al marido, un policía que abusaba de sus hijos. Arrepentida se lamentaba no haber disparado entonces, ya que finalmente fue su hijo quien cumplió su deseo. El niño había sido inducido por el padre a dispararle bajo amenaza de dispararle a sus hermanos. El niño gatilla frente a sus hermanos, consumando de su lado, el parricidio; del lado del padre, un suicidio usando al niño como arma; y del lado de la madre, la ya mentada muerte. A pesar de reconocer la inducción paterna, el niño guarda la conciencia literal de que eligió disparar y podía haber optado por no hacerlo. Yo siempre voy a saber que maté a mi padre-dijo frente a sus hermanos y en la primera entrevista.¨

Conmovedor. Quintana toma el problema mítico en relación al homicidio y todas las determinaciones psicológicas y traumáticas en un sentido individual y social. Un trabajo que muestra el entrecruzamiento entre la práctica analítica y el campo social en un sentido histórico. Ahora bien, tomando el otro vértice podríamos pensar como el efecto imitativo se produce en estos casos como el motor de pattern repetitivo, como el los casos mencionados en los jóvenes estadounidenses. ….¨eligió disparar y podría haber optado por no hacerlo¨…dice Quintana. La imitación …la tasa más alta de homicidios…que como un viento del litoral se despliega sin sentido. Durkheim señala que no lo copiamos, ni porque lo juzguemos útil, ni para ponernos de acuerdo con nuestro modelo, sino simplemente por copiarlo. La idea homicida pasa de una conciencia a otra…la impulsión homicida puede transferirse de un sujeto a otro sin que se de entre ellos otro vínculo que una aproximación fortuita y pasajera. (a6)

 

Bibliografía

 

1- Althusser, L   Ideología y aparatos ideológicos del estado. Editorial Nue    va Visión

2- Anzieu, DEl grupo y el inconciente. Biblioteca nueva. Madrid. 1986

3- Bion, W   Experiencias en grupos. Piadas

4- Bordieu, P     Sobre el Estado. Anagrama. Barcelona. 2014

5- Burundanga    La droga capaz de anular tu voluntad. h//ps:psicologíaymente.com/ burundanga_droga_voluntad

6- Durkheim, E  a. El suicidio. Editorial Colofón. 2013. México

-------------- b. Las reglas del método sociológico. Editorial Losada

7 -El Cisne negroFilm de Darren Aronofky

8 -Freud, S    Psicología de las masas. Amorrortu.

9- Infobae     infobae.com 7-5-18

10 -Jim Jones    www.bbc.com

11-La ballena azul    cosmopolitan.com

12-Marx, K  ¨El fetichismo de la mercancia¨

13-The Milgram experience   ver Youtube

14- Obama   CNN 2016, edición digital

15- Redonda, Ma. Ädolescencia. Consideraciones sobre el grupo, el fetichismo y el cuerpo en la adolescencia¨. Calibán. Vol 14    Núm 1. 2016

---------   b. El fetiche. Lo animando e inanimado en la clínica psicoanalítica. XL Simposio anual Apdeba.2018

16- Quintana, M  La violencia y su función. Análisis ínter-epistemológico del homicidio. (Flacso)

17- Segal, H  Obras completas. Paidós

18- Sófocles  Antígona. Eudeba

19- Watson    El pequeño Albert. Youtube

20- Zizek, S   El sublime objeto de la ideología. Siglo XXI

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COMENTARIOS



2 intervenciones.
Nueva búsqueda

José Fernandez Quiroga / Buenos aires, Argentina:
El texto de Marcelo me invitó a reflexionar en varias direcciones y me resultó inevitable asociar la cuestión de la imitación con recientes hechos de violencia ocurridos.
El primer hecho que voy a señalar es la reciente masacre en Nueva Zelanda. Este hecho fue perpetrado por un sujeto de 28 años de nombre Brendon Tarrant, el rasgo diferencial de esta masacre es que la misma fue filmado mediante una cámara montada y transmitido en vivo por las redes sociales. El video como no podrìa ser de otra manera se hizo viral inmediatamente.
En este marco es que observé como muchos jóvenes con quienes trabajo señalaron de manera espontánea que dicho video fue “igual una partida de counter-strike” (popular video juego). Quienes conozcan este video juego y hayan tenido contacto con la filmación señalado no podrán negar las semejanzas estéticas entre los mismos. Dicha semejanza se traduce hasta en que Inclusive el arma usada por Tarrant, un AR-15 semiautomatico se encontraba pintado no para uso táctico sino más bien por una cuestión estética, práctica muy común en el mencionado video juego.
Otro detalle interesante es que este sujeto escribió un manifiesto antes de cometer el mencionado acto[1] (Dicho manifiesto fue subido a las redes en simultaneo con la masacre). En el mismo se pregunta:
“Were you taught violence and extremism by video games, music, literatura, cinema?
(¿Los video juegos,la música, la literatura y el cine te enseñaron sobre violencia y extremismo?)
A lo que el mismo se responde:
“Spyro the dragon 3 taught me ethno-nationalism. Fortnite trained me to be a killer and to floss on the corpses of my enemies”
(Spyro the dragon 3 me enseño etno-nacionalismo y Fortninte me entreno para ser un asesino y bailar entre los cuerpos de mis enemigos).
Las referencias a el mundo virtual que hace el autor no terminan aquí, el tirador durante el video grita “suscríbanse a Pew Die Pie” (Pew die Pie es un popular” youtuber” de origen sueco) Este personaje entre otras cosas se dedica a jugar video juegos y subirlos a las redes sociales.
A los pocos días del evento citado ocurrió una nueva masacre esta vez en Brasil. En este caso los jóvenes que perpetraron la masacre, cuyo escenario fue una escuela fueron descriptos como arduos jugadores de video juegos. El modus operandi, en este caso caracterizado por el uso de un hacha y una ballesta se asemejan nuevamente al armamento utilizado en el video juego “mortal kombat” predilecto de los autores de la masacre.[2] Es interesante que estos jóvenes habrìan subido sus planes homicidas a internet, conducta similar a la observada por Tarrant.
Queda claro así que las masacres tienen un punto en común con los video juegos y el mundo virtual pero no me parece menor señalar que la industria del video juego también han hecho esfuerzos por parecerse a las masacres. Para los interesados pueden observar imágenes de un popular video juego llamado “Call of Duty”, donde la misión del jugador es realizar una masacre en un aeropuerto civil:

https://www.youtube.com/watch?v=YoQVCxVgKxo

En conclusión, la pequeña evidencia que encontré investigando solamente 2 hechos recientes nos muestran que la cuestión de la realidad virtual, los hechos vividos en esta y el posible vuelque a la realidad es algo que efectivamente pareciera estar en juego en la dinámica de esta forma particular de violencia. Aún resta mucho por dilucidar sobre estas dinámicas, pero pareciera ser que la imitación y la obediencia tienen mucho que ver en estos desenlaces fatales.

[1] https://www.fayerwayer.com/2019/03/tiroteo-nueva-zelanda-fortnite-manifiesto/
[2] https://www.eltiempo.com/mundo/latinoamerica/jovenes-se-suicidaron-luego-de-matar-a-ocho-personas-en-el-colegio-raul-brasil-en-sao-paulo-337520 / 02/04/2019
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Enrique Rastelli / Argentina. Caba:
De la exposición de M. Redonda me surgen varias reflexiones y preguntas acerca de la obediencia y la imitación, para poder vincularlos con hechos de la practica en una organización, en un grupo determinado y hasta en la familia, pero es en el ángulo de la violencia social donde quiero aprovechar el texto de Redonda, para plantear esta pregunta: ¿hay un elemento latente de violencia en todo sujeto, donde el contagio/imitación del entorno y la obediencia que opere, puedan ser conductores para que esa violencia se materialice en un acto agresivo? ¿Incluso que ese acto agresivo pueda llevar a conductas homicidas?

En el film Relatos salvajes, Rita Cortese, en el papel de una cocinera de un restaurante de ruta, mantiene con la moza una oscura situación dentro de la cocina cuando un político ingresa al restaurante y es atendido por la moza. El episodio dentro de la cocina del restaurante revela el intenso odio que le despierta el dirigente político a la moza, por su forma misógina al conversar con ella. La moza luego de atender al dirigente político vuelve a la cocina masticando odio e inmediatamente la cocinera se apodera de la situación. Se activa la sugestión y la cocinera encuentra en el odio de la moza, su propio odio latente para planear en forma espontánea, como asesinar al político. La moza encuentra en su deseo de matar al político, a la cocinera dictándole los pasos a seguir, y aun cuando ella no accede, tampoco busca evitar que el dirigente coma el plato de comida envenenado que la cocinera emprende.

¿Existe en este ejemplo, la activación de la violencia latente de un sujeto a través de su odio, motivado por el contagio/imitacion violento que el político despierta en sus actos, y coronado por la impronta homicida de la cocinera?

El odio como sentimiento mas transparente y mas potente, mas aun que el amor decía Freud, señalando que no se trata del odio como tal sino, de lo que hacemos con el

Los entornos marginales, donde el tejido social está casi disuelto, ponen de manifiesto un escenario violento donde el contagio naturaliza cualquier hecho. Y me pregunto aquí, si además de las condiciones que abarcan estos escenarios, el elemento latente del sujeto encuentra de manera funcional, el conductor de esa violencia, que es la repetición de un hecho tras otro. Imitar ese hecho, podría ser tomado incluso, como la forma natural de vivir en tal entorno.

Pero los hechos de violencia no se manifiestan solo en escenarios marginales, una gran cantidad de noticias policiales nacen de contextos donde predomina un alto poder adquisitivo y aquí también el contagio de la violencia lleva a desenlaces homicidas. Incluso poder pensar cómo se va haciendo camino la violencia según los poderes que la provoquen, como se va construyendo también, desde los círculos dominantes.

Mas allá de las patologías que cada sujeto pueda tener, y que lo haga más o menos propenso a desatar esa violencia en mayor o menor escala, el contagio y la imitación en el contexto, ¿podría ser como la madera al fuego? ¿Y en esa trama, la obediencia podría ser el punto de fuga donde el sujeto encuentra la liberación de su violencia? ¿Esto sería equivalente en el fenómeno social?

Hace pocos días se conoció como un joven entro a una escuela de Brasil y comenzó a disparar con un arma dejando 10 muertos y varios heridos, justo en un territorio donde el discurso de seguridad se endureció presagiando recursos represivos como paradigma sanador. Seria precipitado hacer un correlato de la exposición mediática de la portación de armas en la población civil y hasta de su incentivación en el país vecino en este hecho que cito, pero podría ser un caso testigo mas de los tantos que se suceden en paradigmas de este tipo.

Seria ilusorio pensar en una comunidad o sociedad que no tenga hechos violentos, pero me pregunto si los rasgos violentos que todo hecho social conlleva, pueda contar con la menor cantidad de madera por donde el fuego pueda arder, y no estoy pensando aquí, en la teoría del dejar hacer para evitar el conflicto social y caer en la confusión de creer que no hacen falta reglas que marquen donde termina la cancha. Pero las reglas, como todo lo demás en una sociedad, debería llevar un rumbo que no este guiado por concepciones violentas y que no siembren mas violencia para el futuro.

La exposición de M. Redonda como les decía al principio me hace reflexionar y a preguntar/me, en cómo abordar la violencia social, como interpretarla y que estudios, que nuevos paradigmas y aplicaciones son necesarias para no derramar combustible sobre el fuego como una inevitable imitación. / 17/03/2019
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